Recuperada la dirección natural hacia poniente, se abandona Jaca bajo la atenta mirada de la peña Oroel y se continúa por una cabañera aprisionada entre la N-240 y el río Aragón. Tras el barranco de Atarés, solucionado por una pasarela, el Camino de Santiago lleva a un mirador sobre la Canal de Berdún y desciende hasta Santa Cilia. Alguna cabañera más y el arcén de la nacional conducen a Puente la Reina de Jaca, localidad que se deja a mano derecha para acometer una esforzada subida por las faldas del monte Samitier y alcanzar Arrés.
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